Se dice que…Crece el número de idiotas útiles en la Tierra Sin Mal que se lamentan haber votado a Milei. El odio tiene un papel en la política y las corporaciones lo supieron utilizar. Un rol que usualmente rinde frutos que se convierten en apoyo a un loco que habla con los perros y ahora se cree un líder mundial. El dato de color es que el odio entre clases sociales es una política fácil de entender y tiene la ventaja de proveer una explicación sencilla de todo problema social presente y pasado. Se limita a la inteligencia o el resentimiento del receptor. Y encima da votos. Otro dato es que si bien es efímera la ola liberal/libertaria esta vez el daño puede llegar a ser muy grande. Hablar de casta sumando a la casta es sencillamente reírse de sus votantes o peor aún. Aspirar a conducir la miseria en un país solo pensado para 20 millones de argentinos es genocidio. La perla es que la política tradicional por razones lógicas tiene que dejar que la gente se de cuenta sola del monstruo que crearon. Que se banque las consecuencias. Los jubilados y los trabajadores son sus primeras víctimas. Prestar atención y no olvidar a la dirigencia política, empresarial y social que aún apoya a Milei. No les importa el otro. Perversos egoístas. Manipuladores de la realidad. Tampoco dejar pasar que esta realidad es consecuencia de errores del kirchnerismo y el macrismo. Que ahora como gente de bien se recicló y fueron aceptados por las fuerzas del cielo. Scioli, Bullrich, Petri, Caputo, Sturzenegger y siguen las firmas. Cómplices de lo que suceda en el país. Un Argentina para pocos. El sueño de la lumpenburguesía que también está próxima a sufrir las consecuencias de su error electoral. Mediocres aspiracionales que festejan a su verdugo. La clave es la paciencia de la gente. ¿Milei y sus cómplices lograrán su objetivo?