Se dice que…Algunos creen que es el momento de recuperar la idea extraviada de la militancia. El desvanecido encanto de la política tradicional, con el acento puesto más en el pueblo que en la vaguedad colectiva de la gente. Los problemas del pueblo deben resolverse sin privilegiar tanto diseño prioritario de encuestas y big data. El dato de color es que Javier Milei fue un producto menor vendido masivamente a los inocentes votantes de la Tierra Sin Mal mediante Facebook, Twitter, Instagram y Tik Tok. Lo mismo que al resto del país. El PRO se colgó del error histórico y la ocasión. La consecuencia es tener un presidente insensible. Carente de idoneidad. Disociado de la realidad. Otro dato es que el radicalismo avala el ajuste sanguinario del líder de la gente de bien. Inspirado por los macristas Toto Caputo y Federico Sturzenegger. Los diputados que acompañen la ley omnibús serán complices. La perla es que Guillermo Francos le prometió a Juntos por el Cambio darle el control de todas las delegaciones nacionales en la provincia. Yacyretá ya se le ha otorgado a un allegado de Humberto Schiavoni y Martín Goerling. Martín Arjol a su vez solicitó dos consulados, uno en Brasil y otro en Paraguay. La idea fue de un ex senador nacional peronista que fue jubilado oportunamente. El golf y el transporte “en goteo” son sus nuevas actividades de entretenimiento. La pertenencia abstracta a la realidad es un concepto muy cultivado por gran parte de la dirigencia política actual. Solo hay que esperar que la clase media le diga basta a Milei y se resetee todo de nuevo. La piña está a la vuelta de la esquina. “Iceberg allá vamos”, decía el líder de los argentinos de bien. Las fuerzas del cielo lo están abandonando. Y no se da cuenta.