Se dice que… Martín Arjol anticipó que votará a favor del DNU y la ley Omnibús. Los “boinas tibias” son la base cultural del radicalismo en la Tierra Sin Mal. Su líder ejerce admirable genuflexión al poder político porteño. Primero lo hizo con el gobierno de Mauricio Macri y ahora lo hace con el gobierno de Javier Milei. El dato de color es que el radicalismo misionero se llenó la boca hablando de bajar los impuestos pero apoya los “impuestazos libertarios” y no dicen nada sobre la suba de retenciones a la madera y el tabaco que afecta a más treinta mil empresas y pymes misioneras. Otro dato es que la UCR aspira a pasar inadvertida. No desentonan con el triste papel del PRO. La ética en la oposición es una meta aspiracional en su discurso. No en los hechos. La perla es que la excesiva complicidad deja en evidencia que las prioridades de los correligionarios son otras y muy alejadas de los intereses del pueblo misionero. “La doble moral y ética de Martín Arjol es solo un eslabón de la hipocresía de estos dirigentes que nunca defienden a Misiones”, analiza enojado un productor tabacalero. La idea de un escrache público al líder de los “boinas tibias” está en agenda.