Se dice que…El llanto de Rodrigo de Loredo. La indignación de Martín Arjol. Todo nos recuerda a Mario Negri. Nada cambio. El espíritu de felpudo en el radicalismo se mantiene intacto. Mientras tanto en la Tierra Sin Mal fue elegido Rodrigo de Arrechea como presidente de la UCR y el querendón Javier Mela se queja de la carente actitud democrática de los correligionarios. El presidente Javier Milei en otro brote psicótico de los que nos tiene acostumbrado señala a los partenaire del PRO como traidores. El dato de color es que Javier Milei puede terminar como Fernando De la Rua si continúa con su ajuste a la clase media y en particular a los jubilados. No solo en eso se parece al expresidente radical. Se sabe que el presidente libertario pierde el contacto con la realidad a medida que se incrementa su estrés. Mauricio Macri espera agazapado su turno para aplicarle la embestida final. El líder del PRO quiere recuperar el partido y echar a Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad es la principal protectora del relato de Milei. La montonera libertaria siempre dispuesta a reprimir y a resistir la embestida de Macri. El país está en llamas y el demente se la pasa jugando en las redes sociales. La calidad intelectual de los seguidores actuales de Milei es proporcionar a la ignorancia de sus interpretaciones. La pobreza aumenta. Felicitaciones a los que votaron a Milei. A pesar de todo lo relatado los radicales siguen negociando y pidiendo delegaciones nacionales. El correntino Gustavo Valdés es el líder nacional de los “boinas tibias”.
Lo positivo es que hay funcionarios renovadores enfocados en lo suyo.
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