Se dice que…”La psiquiatrización de la vida cotidiana, si se la examinase de cerca, revelaría posiblemente lo invisible del poder”, reflexionaba Michel Foulcault en “¿Qué es ejercer el poder?”. Las copas de los árboles se mueven al vaivén de la suave brisa otoñal, el canto de los pájaros suma quietud al jardín de una casa en un exclusivo barrio privado de la Tierra Sin Mal. Las palabras suenan terminantes, el diputado y vicegobernador electo “tiene un presupuesto como para que su gestión en 2024 sea el despegue hacia el camino al poder”. Lucas Romero Spinelli parece no comprender aún que lo están empujando al gran juego de la política. Va a ser muy diferente al “pijama party” que vivió estos últimos años en la función pública. El dato de color es que el gobernador electo Hugo Passalacqua tiene sus propios planes de gobierno y una basta experiencia política para que “no lo operen de forma paralela”. Otro dato es que mucho depende para el futuro de Romero Spinelli quién gane las presidenciales, aunque según sus propias palabras tendría buena relación tanto con Javier Milei como con Sergio Massa. La perla es que Oscar Herrera Ahuad piensa que no volverá a ser gobernador y su esperanza es que Massa sea presidente para tener un lugar como ministro en el gabinete nacional. “Ni Herrera Ahuad ni Romero Spinelli determinan que sucederá en 2027”, aclara cortante una alta fuente femenina del misionerismo ante estas versiones y muestra las recientes mediciones que posicionan el crecimiento constante de Carlos Arce y “Colo” Vansick.

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